viernes, 20 de agosto de 2010

Porque Chile Late

Durante tres días he recorrido, por razones profesionales, Concepción, Penco, Talcahuano y San Pedro de La Paz. Ha sido una experiencia imborrable.

Recorrer zonas muy afectadas por el terremoto golpea el alma. Ver que parte importante del esfuerzo de reconstrucción es más palabras que acciones, indigna. Pero compartir con jóvenes que han elegido dedicar su actividad profesional y su tiempo libre al trabajo con los más pobres, a caminar junto a ellos en la tarea titánica de abandonar sus campamentos y construir sus viviendas y barrios definitivos, es algo que conmueve hasta lo más profundo.

Sólo en la Octava Región, 1600 familias abandonarán sus campamentos y los lugares en los que viven como allegados para comenzar a vivir en los próximos dos años, con el apoyo de estos jóvenes, en casas de mejor calidad que las que promueve la política habitacional del Estado.

Como es obvio, el trabajo no es perfecto. Ellos saben que en ocasiones generan expectativas difíciles de satisfacer. Entienden que la solidaridad que promueven es un concepto en busca permanente de densidad. Saben que todas sus energías no son capaces de terminar con la injusticia estructural sobre la que está construido Chile. Pero eso no es lo más importante. Como me enseñó Gabriel Prudencio, Director del Techo en la Octava Región, "es super difícil, pero hay que empezar".

De alguna manera, todos ellos dan cuenta de un país que está vivo, que busca vencer la inercia del acomodo, que lucha por construir una tierra justa y sin exclusiones. Porque Chile late!

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