jueves, 16 de diciembre de 2010

Los Silencios de la Reforma

Revista Capital, 17 de Diciembre de 2010

En uno de sus poemas, no recuerdo en cual, Pablo Neruda instala una línea inolvidable: las palabras son las alas del silencio… Más allá del mérito estético de su mérito literario, la enseñanza que a mí me deja esta frase es que las palabras no tienen un valor en sí mismo, sino que éste depende de cuánto silencio hay tras ellas. El silencio del tiempo necesario para construir una idea, moldearla, empujarla hacia la luz, convertirla en una palabra.

Entonces, con la libertad de quien no es experto en educación pero sí un ciudadano con profundo interés en las cuestiones públicas, me atrevo a compartir impresiones sobre la reforma educacional, histórica dice el gobierno, que se discute por estos días en el Congreso Nacional. Me interesa sobre todo convertir en palabras los que son sus principales silencios, los valores implícitos, aquello que no se dice pero que explica el proyecto en parte importante.

En mi opinión, esta es la reforma de la desigualdad.

Todos sabemos, la evidencia es abrumadora al respecto, que nuestro sistema educacional repite las desigualdades presentes en nuestra sociedad. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo ha ubicado a nuestra sociedad entre las más desiguales del mundo, mientras que los datos de las mediciones CASEN indican que el 20% más rico de la población tiene ingresos 12 veces más altos que el 20% más pobre.

Pues bien, la lógica de nuestro sistema educacional ubica a los más ricos en escuelas particulares, crea un subconjunto de personas que compiten por acceder a particulares subvencionados con capacidades y recursos muy diversos (sin que su promedio destaque en modo alguno) y resigna a quienes carecen de opciones a una educación municipal deteriorada y en caída libre.

Nada de esto cambia con la reforma. La idea subyacente en ésta es que el sistema es bueno, probablemente porque afirma que los mejores alumnos se irán moviendo en una suerte de escala evolutiva de modo de elegir el mejor establecimiento. Tanto es así que el presidente Piñera declara que le interesa que los jóvenes se peleen por acceder a los liceos de excelencia que se propone crear.

Estoy en desacuerdo.

Un sistema educacional como el nuestro tiene sentido en la medida en que permite que una pluralidad de ideas y concepciones se expresen en el mundo de las escuelas. Bienvenida la libertad de educación. Pero de qué libertad hablamos cuando los más pobres carecen de ella. Mis amigos en fundaciones educacionales muy respetadas me dicen que sus resultados con alumnos de sectores pobres son la demostración del valor de la disciplina y del hacer las cosas bien. ¿Pero de qué estamos hablando si en la práctica sus resultados descansan en una combinación de selección (descreme) de los estudiantes y de libertad para administrar los recursos docentes?

¿Y a los demás los vamos a dejar botados?

Yo creo que nuestra sociedad en su conjunto está en deuda. ¿Acaso no es disciplina y gusto por hacer las cosas bien el trabajo de miles de chilenos que con pésimos salarios en función de una productividad que no pueden alterar se esfuerzan con honradez y dedicación por sostener una economía que genera mucha riqueza aún cuando mal distribuida?. ¿Los vamos a poner además a competir por llevar a sus hijos a una escuela particular subvencionada que de verdad va a agregar muy poco valor a sus vidas?

¿Son los niños y jóvenes los que tienen que pelear su acceso a un liceo de excelencia (siempre pocos, siempre insuficientes) o el país quien debe, con gratitud, inteligencia y visión de largo plazo, asegurar que los hijos de quienes se desloman trabajando tengan acceso a una educación de calidad que les permita a ellos y sus familias construir un buen futuro?

Ese es el rol de la educación pública. Y en esta reforma no hay una palabra de fondo sobre ella. ¿O vamos a seguir creyendo que municipios que con dificultad cumplen sus funciones más básicas están en condiciones de administrar la educación? Porque desde la municipalización en adelante, salvo honrosas excepciones, no han sido capaces de hacerlo. Por lo demás, ¿sabe usted de algún colegio particular que vaya a disminuir sus horas de ciencias sociales para aumentar las de matemáticas y lenguaje? Intuyo que no y es una vergüenza. Entonces lo que haremos es fingir que hemos tomado una medida que mejorará las competencias de nuestros niños… sin que el fondo de lo que hacemos cambie en lo más mínimo.

¿Apoyo especial e incentivos para que buenos estudiantes ingresen a pedagogía? De acuerdo, ¿pero para abandonar la educación pública reduciéndola a su mínima expresión en beneficio de una educación particular subvencionada que con financiamiento público es incapaz de garantizar estándares de calidad? Por ningún motivo.

Respeto el derecho del gobierno a proponer su reforma. No discuto su buena fe. Pero es una reforma que mantiene la desigualdad y estoy convencido que el éxito futuro de Chile y de todos los chilenos va exactamente en la dirección contraria. No agregaré mi silencio a los silencios de la reforma.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Destruir la Educación Pública

Escucho parte de lo que, según el gobierno, será la reforma educacional “de la década”. A partir de quinto básico, los estudiantes tendrán más horas de Lenguaje y Matemáticas. ¡Suena fantástico! Pero la trampa es simple. En un país que según sostienen todos debe jugarse por la educación, la mayor cantidad de horas se obtendrá de ¡quitarle horas a Ciencias Sociales!

Pero eso no es malo, argumentan. Es posible utilizar “horas de libre disposición” para que los profesores desarrollen el contenido de ciencias sociales que dejará de ser impartido o dediquen ese tiempo a la educación cívica, la filosofía o la investigación que se extraña. Y lo más notable es que lo afirman “expertos” de parte importante del arco político.

No nos dejemos engañar. ¿Alguien en su sano juicio creerá que efectivamente en nuestras escuelas públicas, así como en la mayoría de las subvencionadas, existen “horas de libre disposición” que puedan utilizarse como espacio adicional de enseñanza al existente hoy? Eso no es cierto. Las debilidades pedagógicas, la pobreza de recursos, la ausencia de incentivos adecuados hacen que en nuestras escuelas sólo se lleve a cabo el mínimo formal del proceso educativo. Cuando éste se alcanza. No existen “horas de libre disposición” reales.

Por otro lado, si el desafío es fortalecer el lenguaje, ¿no son las ciencias sociales un espacio ideal para hacerlo? ¿O nuestros expertos educacionales piensan que éstas constituyen sólo un proceso de repetición y memoria en el que no existen destrezas, habilidades ni conocimientos relevantes que desarrollar? Es obvio que una buena clase de ciencias sociales estimula la capacidad de análisis, las destrezas lectoras y de comprensión de lectura, las habilidades de expresión oral, ello sin considerar que además contribuye a la formación de ciudadanía.

¿Entonces? Sabemos que esas clases no se están produciendo, sustituyámoslas por matemáticas y lenguaje dicen los ideólogos de la reforma. Esa es la falacia. Al rebajar los estándares que nos desafían y por los que nos juzgamos perdemos todos. No existen razones para creer que las clases de lenguaje serán mejores, mientras en paralelo enviamos una señal clara: el estudio de nuestra historia, la comprensión de la forma en que los seres humanos nos relacionamos en sociedad, el aprendizaje y la práctica del diálogo cívico son habilidades y competencias innecesarias en una sociedad de consumidores incapaces de agregar valor a sus vidas y a las de los demás.

Este desafiante panorama sólo se enriquece con el anuncio del Colegio de Profesores de un paro en los establecimientos municipales. Un paro que, por supuesto, poco tiene que ver con los desafíos de la educación y mucho con la defensa corporativa. Notable paso que se suma, casi de manera coordinada, a los anuncios reiterados por parte de las autoridades de que muchos establecimientos municipales se cerrarán por falta de alumnos. O sea, el MINEDUC y el Colegio de Profesores unidos, jamás serán vencidos. Aún cuando sólo sea para poner la lápida a la educación pública en Chile.

sábado, 30 de octubre de 2010

Mayne Nicholls y la Dignidad del Deporte

Lo declaro desde el principio. Nunca he sido un buen deportista. Pero a diferencia de muchos que opinan de fútbol, no sólo asisto al estadio (soy chuncho "con carnet") sino que además, en jerga del estadio nacional, voy a Galucha y Andes Lateral. Es decir, he sido testigo presencial de la vida futbolística nacional por un número importante de años.

Desde esa experiencia, algo alejada de la teoría, quiero decir con fuerza que el actual presidente de la ANFP ha sido fundamental para cambiar la cara (y la experiencia cotidiana) del fútbol. Y en un país en el cual ese es el deporte más popular, eso es clave.

Con claridad, crecí observando a los dirigentes deportivos con enorme desconfianza. Escándalos, mediocridad, un tufillo permanente a que algo de más se iba directo al bolsillo personal, y que decir de la destrucción progresiva de los estadios y la llegada (a ratos casi bienvenida) de la violencia a los estadios, son los elementos claves de una historia de liderazgos que Mayne – Nicholls vino a interrumpir.

El período del Mayne Nicholls ha sido, por el contrario, no sólo una etapa en la que la vida de los dirigentes ha estado lejos de la primera línea de la atención pública y los escándalos brillan por su ausencia, sino además un período en el cual las realizaciones son evidentes: estadios nuevos, un campeonato mundial femenino, el despertar de la selección, son sólo algunas de éstas.

Pero quizás lo más importante, durante este período hemos sido testigos de un esfuerzo serio y sostenido por convertir la administración deportiva en el correlato necesario de un país que quiere hacer las cosas bien. Hemos visto dirigentes preocupados del futuro, enfrentando desafíos con perspectiva de largo plazo, apostado por la institucionalización en vez del caudillismo vacío y mediocre.

Desafortunadamente parece que los "dueños" del fútbol, los propietarios de muchos de los clubes deportivos (empezando por los 3 grandes), están más interesados en asegurar un pedazo más grande en la torta de sus ganancias que en proyectar el deporte y sus instituciones como piezas importantes del desarrollo nacional.

Se equivocan gravemente. Aprenderán pronto que cuando todos se concentran en arrancar el pedazo más grande de la torta, ésta termina convertida en un amasijo intragable. Como era el fútbol que ellos mismos nos legaron.

viernes, 22 de octubre de 2010

Los 33 y el sentido de urgencia

Revista Capital, 19 de octubre de 2010

Escribo estas líneas mientras el Presidente Evo Morales, de pie al lado de la camilla del recién rescatado minero boliviano Carlos Mamani, dice al Presidente Piñera que Bolivia nunca olvidará los esfuerzos de nuestro país para recuperar a un ciudadano boliviano desde las profundidades de la tierra. Es uno más de los momentos emotivos y llenos de simbolismo que hemos vivido como país desde el día en que la tierra se derrumbó en Atacama. ¿Recuerda usted la historia interminable de tensiones con Bolivia a la que alguna vez estuvimos acostumbrados?

Ha sido, dirían los neurocientíficos, una verdadera explosión activadora de las neuronas espejo (aquellas que contienen los mecanismos de la empatía) en todos los chilenos.

Como es natural, se multiplican los festejos y las merecidas felicitaciones al equipo de rescate dirigido por el ministro Golborne y el ingeniero Sougarret, así como a todos aquellos que en Chile y el exterior han contribuido a hacer posible el milagro. Más allá de sus - a ratos- agotadoras pulsiones mediáticas, bien también por Piñera que se jugó entero en esta lucha.

¿Se imagina usted todo lo qué podríamos hacer si sólo fuéramos capaces de poner en las tareas grandes de Chile una parte de la empatía y el sentido de urgencia que se han expresado estos días?

Comencemos recordando a protagonistas centrales de estos meses de espera: los niños y niñas familiares de los mineros atrapados. Sus lágrimas y su esperanza nos conmovieron. ¿Es suficiente? Claramente no. Las vidas de sus padres y abuelos debían ser arriesgadas, descendiendo a un pique que sabían era extremadamente peligroso, porque el mismo Chile que nos hace sentir hoy orgullosos niega a sus niños el derecho mínimo e igualitario a una educación que les abra el futuro.

Sin eufemismos. Ninguno de los 33 mineros habría estado en ese pique si el mismo país que los rescató les hubiera entregado oportunidades de verdad para ellos y sus familias. Y la primera oportunidad, la educación que podría hacer la diferencia en un país de desigualdades, es sin dudas una de las más esquivas y precarias.

Por otro lado, nadie de buena fe podría desconocer que este accidente ha dejado en evidencia la precariedad absoluta en que desempeñan sus labores miles de chilenos y chilenas. Eso habla de la debilidad de la fiscalización del Estado, pero también lo hace de un sector de los empresarios que rentabilizan sus proyectos a costa de mano de obra barata y precarizada, de la ausencia de condiciones de seguridad laboral, del hostigamiento o la imposición sistemática de obstáculos al desarrollo de organizaciones sindicales.

Aún más. ¿Sabía usted que una parte significativa de los pobres en Chile cuenta con un empleo formal? Esto es, la pobreza en nuestro país alcanza no sólo a aquellos que carecen de un empleo o desarrollan su actividad de manera informal. También atrapa a muchos de aquellos que con esfuerzo y disciplina han obtenido y mantienen un trabajo remunerado.

¿Qué tipo de país es aquel que niega a sus niños el acceso a la igualdad y las oportunidades más básicas que puede entregar la educación? ¿Qué tipo de sociedad es aquella que permite que una parte significativa de sus trabajadores vivan en la pobreza? Si la educación y el trabajo no abren oportunidades, entonces ¿qué puede hacerlo?

Con todo, lo vivido estos meses nos entrega dos pistas que me parecen importantes.

No fue la empresa propietaria de la mina, ni la SONAMI o algún otro gremio empresarial quien hizo posible el rescate. Sougarret es un alto ejecutivo de la principal empresa pública nacional, CODELCO. Golborne no estuvo en terreno por su experiencia en el retail (la que sin duda le resultó de extraordinaria utilidad), sino porque es el Ministro de Minería. El Estado de Chile fue clave en el éxito del rescate. Fortalecerlo, modernizarlo, hacerlo más ágil y dotarlo de las mejores capacidades sigue siendo, sin embargo, una tarea pendiente.

A diferencia de lo vivido con los saqueos de las horas posteriores al terremoto de febrero, los mineros escogieron como estrategia de supervivencia la solidaridad, la organización y disciplina, el trabajo en equipo. Por eso son los héroes del bicentenario. ¿Son esos los valores que promueven nuestros líderes? ¿Los que enseñamos a nuestros hijos? Intuyo que si fuéramos capaces de asimilar sólo esta parte de la lección, otro gallo nos cantaría.

Al celebrar el rescate de los mineros no perdamos el sentido de urgencia que ellos provocaron en todo Chile. ¿O es que estos días sólo fueron una combinación superficial de emotividad, farándula y uso inteligente del prime time en televisión?

martes, 5 de octubre de 2010

5 de Octubre

Sergio Espejo


Recuerdo la oscuridad y la temperatura agradable de los minutos que preceden el alba. Mi hermano Miguel y yo caminamos en silencio por la calle. Alrededor de nosotros, decenas de otras personas caminan rumbo a los locales de votaciones en que actuarán como vocales.

Siento escalofríos, emoción, ansiedad. Algo mágico está ocurriendo. La convicción de estar viviendo un momento irrepetible me atrapa. Después de haber crecido en dictadura, de haberme acostumbrado al Chile que niega la existencia de muertes, torturas y represión (o lo que es peor, que las justifica), un Chile que a ratos parece cómodo con la falta de libertad, el alba del día parece anunciar el inicio de algo totalmente distinto en nuestras vidas.

Observo nuevamente alrededor. Me sorprenden algunas personas que caminan con pisos o sillas en las manos. Saben que la jornada será larga. Lo sabemos todos. Pero el silencio con el que caminamos, aún cuando tenso, rebosa de una libertad que nada puede detener.

No recuerdo otro momento en toda mi vida en que haya sentido con tanta fuerza que somos las personas, cada uno de nosotros, quienes “estamos a cargo”. Carabineros y militares siguen un ritual que me parece de otra galaxia: Responden a las instrucciones que dan los civiles a cargo de los locales electorales. ¡El país se puso de cabeza!...No es así. Chile comienza a ponerse de pie.

La luz del sol va inundando las calles. La noche de la dictadura se aleja a la misma velocidad con que el día avanza. No es suficiente. Lo se. ¿Qué podría serlo? Pero es el inicio. Un inicio que recuerdo con emoción y que, lejos de anclarme en el recuerdo nostálgico del pasado, me hace soñar con el futuro que estamos por construir.

sábado, 2 de octubre de 2010

EL LEGADO DE LOS COMUNEROS

Sergio Espejo Yaksic


Viernes 1º de Octubre de 2010, luego de 82 días de huelga de hambre, dos tercios de los comuneros Mapuche que participan de ésta deponen su protesta. El resto tomará una decisión el día sábado.

Mientras el riesgo de haber perdido valiosas vidas va quedando atrás, aún es demasiado pronto para una evaluación a fondo de lo que ha ocurrido.

No es fácil olvidar que los comuneros debieron superar los 30 días de huelga de hambre para que la televisión chilena comenzara a informar sobre ellos. Uno de los momentos más emblemáticos de este silencio informativo lo proporcionó el canal de televisión de la Universidad Católica el día 21 de septiembre. Ese día, el noticiero central del canal dedicaba su pauta a los malestares estomacales propios de las fiestas patrias, a la lesión de un futbolista y a un perro bailarín. De los comuneros ni una sola palabra. Y eso mientras Monseñor Ezzati dedicaba sus mejores esfuerzos a la búsqueda de una solución.

Y si la televisión no informaba, ¿era el conflicto una cuestión que nos importara como chilenos? Por un lado, numerosos comentarios racistas e ignorantes se multiplicaron en redes sociales como twitter. Por otro, el desinterés colectivo parecía ser la respuesta patria a un conflicto que amenazaba la “mirada oficial” que todos parecíamos querer abrazar este bicentenario. Una verdad oficial que evade todo conflicto.

¿Y era necesario esperar tanto para que el gobierno expresara disposición a dialogar? Hay que agradecer que el Presidente Piñera haya debido asistir a las Naciones Unidas y que Chile postule a ser reelecto como miembro de la Comisión de Derechos Humanos de esa organización. Si ello no hubiera ocurrido, ¿habríamos tenido diálogo antes de que un comunero muriera?

Con todo, es evidente que al arriesgar sus vidas los comuneros en protesta obtuvieron resultados importantes. Aún cuando de manera imperfecta, la ley Antiterrorista y la Justicia Militar están siendo reformadas para pagar nuestras ya históricas deudas con los estándares internacionales del debido proceso.

¿Eran necesarios 82 días de huelga de hambre para que nuestros líderes políticos dieran este paso?

Por otro lado, los comuneros han afirmado sin eufemismos que la democracia no garantiza leyes justas ni el respeto efectivo a los derechos de todos. Pero lo han hecho mostrando que la paz activa, el ejercicio físico de la fuerza moral convirtiendo en arma no violenta la propia vida, es una herramienta de enorme poder. Aún más, a través de gestos concretos como la pronta aceptación de la intervención de Monseñor Ezzati, han demostrado que su voluntad de fondo siempre consideró al diálogo real con las autoridades del Estado como el objetivo último de su acción.

Pero al afirmar su disposición a perder sus vidas, los comuneros han expresado con firmeza inquebrantable algo incluso más importante. Han señalado que ellos también, en tanto Mapuche, tienen un espacio que ocupar en la identidad del Chile del bicentenario y en su futuro. Un espacio que, por cierto, no consiste en cumplir el rol que los demás queramos imponerles. Un espacio cuyos contornos sólo pueden ser construidos en el diálogo y el reconocimiento de la diversidad cultural que doscientos años de historia nacional no han logrado suprimir. Un espacio que, al expresarse, deberá convertirnos en un Chile más justo, más íntegro, más humano.

Ese puede ser el legado más significativo de esta larga jornada.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Para entender la situación actual de la huelga de hambre.

Martes 28 de septiembre de 2010

Para entender la situación actual de la huelga de hambre.

A muchos nos tomó por sorpresa la decisión de nuestros hermanos de continuar la huelga de
hambre. En parte porque creímos que se había avanzado suficiente. Pero sobre todo porque nos
angustia imaginar que alguno de ellos pierda la vida.

Nosotros estamos sumamente agradecidos de la labor realizada por Monseñor Ricardo Ezzati a
favor del diálogo. Nos alegra su decisión a seguir disponible para ayudar en la medida que se lo pidan. También agradecemos la claridad con que Monseñor Camilo Vial se ha manifestado estos días. Y agradecemos las palabras de ambos obispos y de Monseñor Alejandro Goic quienes ya anticiparon la petición de los presos mapuches solicitando “encarecidamente a quienes ejercen las responsabilidades de gobernar, de legislar y de juzgar, que actúen prontamente”.

En la Araucanía ha habido violencia estos años. No la compartimos ni la justificamos. Pero esa
violencia es fruto de una violencia mucho mayor que el Estado de Chile ha ejercido sobre el Pueblo Mapuche discriminando, usurpando, despojando, negando y desconociendo la vida del pueblo mapuche en la leyes, en la persecución legal y política. Sin entender esto no entenderemos a los presos.

Es importante en esta hora dramática comprender la decisión de nuestros hermanos. Aquí
compartimos con ustedes nuestra reflexión. Mañana estaremos en Temuco participando de la marcha lavkenche. Es que no podemos dejar de luchar. Sus vidas corren serio riesgo. Y su demanda sigue siendo justa.

1. El conflicto que ha llevado a esta situación no es un problema de la relación entre el poder ejecutivo y el pueblo mapuche; es un problema de todo el Estado. En la aplicación de la ley anti terrorista convergen los tres poderes: una política de criminalización sistemática de la demanda y la reivindicación mapuche; una ley aprobada y no corregida por el poder ejecutivo; y una resuelta persecución y aplicación de dicha ley por parte del poder judicial en contra de los mapuches. Todo esto ya había sido cuestionado y denunciado por la ONU y los organismos de derechos humanos.

2. Si los presos aceptaban ahora lo que ofrecía el gobierno podría suceder que todo siguiera igual: que el poder legislativo no corrija verdaderamente la ley anti terrorista y que el poder judicial siga aplicando una ley deficiente en forma discriminatoria. Efectivamente no basta con lo ofrecido por el gobierno.

3. El gobierno dio pasos importantes. Eso se reconoce y se agradece. Pero el gobierno dice que
cumplió al pedir la revisión de la ley anti terrorista, y sin embargo mantiene dos elementos no
aceptados por los abogados e instituciones de derechos humanos: el incendio de vivienda sin
moradores como un acto terrorista y la ambigua afirmación de actos que causen miedo. Esto no es aceptable no sólo para los mapuches, sino para todos los organismos nacionales e internacionales de derechos humanos.

Todos los poderes del Estado tienen responsabilidad en haber llegado a este punto. Toda la
sociedad chilena lo tenemos. No es necesario recordar toda la historia. Nuestros hermanos
mapuches lo saben y así lo expresan en su decisión de continuar en la huelga de hambre hasta que no sea el Estado en todos sus estamentos el que inicie un nuevo camino. Nosotros volvemos a urgir a todos los que pueden hacer algo –y sabemos que sí se puede- a que reaccionen antes que la vida de algún hermano se apague.

En Cristo los saludamos

Jesuitas Tirúa – Misión Mapuche

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Crónica desde Chiloé

Ha sido un viaje relámpago. Aterrizamos a las 20:45 de ayer martes 14 de septiembre en el aeropuerto de Puerto Montt. Un viaje tranquilo nos condujo a Castro, ciudad a la que arribamos alrededor de la 1 de la mañana del 15.

Falta nada para la celebración del bicentario. Nuestro aporte (precario por cierto) ha incluido un recorrido acelarado por Dalcahué, Puqueldón y Castro junto a Cristián Alvarez, coordinador de la campaña digital Chiloé Región que es patrocinada por la Fundación Pulso y su proyecto www.porquechilelate.cl En este viaje acelerado hemos compartido con los alcaldes, con líderes sociales y organizaciones como el movimiento ciudadano "Chiloé: cómo vamos" y con medios de prensa locales.

Las conclusiones de un día cansador son, probablemente, las esperables. Chiloé continúa siendo no sólo una tierra fantástica, llena de paisajes sorprendentes y de la identidad y el sentido histórico del cual probablemente carecemos en el Chile continental, sino que además una zona aislada y dejada en buena medida a su suerte por una larga historia de postergación de parte de las autoridades administrativas y políticas "del norte".

Es cierto, la infraestructura ha mejorado y el nivel de los servicios públicos también. Sin embargo, enfrentados a una emergencia médica o a la necesidad de llegar a sus lugares de trabajo, los chilotes siguen dependiendo de una infraestructura de transporte exageradamente precaria. Los médicos especialistas son una rareza que escasea en la isla y más de mil jóvenes egresan de la educación secundaria cada año sin contar con un lugar en el cual continuar enseñanza superior de calidad. El "Plan Chiloé", presentado con una fanfarria de power points que provocaban la fascinación del Ministro de Obras Públicas de la época de su elaboración, es hoy sólo un recuerdo difuso en el que se confunden expectativas, promesas ambiguas y realizaciones aún pendientes en su inmensa mayoría. Y así suma y sigue.

Y con todo eso, la vida late en la isla grande de Chiloé y su gente insiste, porfiadamente, en buscar alternativas de desarrollo que aseguren una vida de calidad a todos los chilotes. Lo hacen, digámoslo con claridad, por sí mismos y ante la ausencia (que ya es tradición) de las autoridades continentales (pese a un reconocimiento bastante transversal a la buena disposición del nuevo intendente regional, Juan Sebastián Montes). Lo hacen porque saben que, desde siempre, su futuro ha sido labrado por ellos y aquí. No en el continente.

Tiene sentido entonces decir, con fuerza, que si hay una zona en el país que se ha ganado el derecho a contar con su propio gobierno regional, esa es Chiloé y Palena. Se que eso no basta. Estoy conciente de que la transferencia efectiva de poder a las comunidades locales debe ser acompañada de más transparencia, de mayor control ciudadano de la actividad de las autoridades políticas y de una ciudadanía más activa. Se que no basta. Pero es el mínimo que podemos pedir para que Chiloé mire con optimismo un futuro al que tiene derecho.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Borrar la Historia

Reviso dos de los principales periódicos nacionales. Ambos proclives a la Nueva Forma de Gobernar. Lo reconozco. No puedo creer que no exista una nota sobre el golpe de estado de 1973. La historia parece comenzar con el atentado a las Torres Gemelas (es que nos hemos internacionalizado tanto), o con el atentado a Jaime Guzmán.

La Tercera, en un gesto de "arrojo histórico", recuerda el asalto de Santiago por el Cacique Michimalonco. También en un 11 de Septiembre. Por supuesto, al igual que con el silencio sobre el golpe de Estado (a lo menos un hecho histórico relevante), el silencio también se abate sobre la historia post-Michimalonco. Esa que dice que pese a la bravura de los habitantes originales de estas tierras, esa que solemos recordar cuando nos conviene, la historia de Chile se ha construido sobre la dominación y la exclusión de éstos.

No me gusta el olvido de la historia. Podrán aplaudirla los mismos que aplaudan que Piñera anuncie ante Naciones Unidas "el verdadero fin de la transición". Pero es un aplauso infértil. Inútil. Los países, al igual que los seres humanos en forma individual, nos construimos y proyectamos a partir de nuestra historia. Incluso pese a ella. Pero no sin ella. Como decía Newman, "el presente es un texto y el pasado su interpretación".

Por mi parte. No acepto el olvido de la historia y me niego a él. Nuestros hijos deben saber del país enfrentado, de la ausencia de diálogo, de la negación del otro que nos acompañaron durante el golpe y la dictadura de Pinochet. Deben saber de lo mucho que costó poner fin a esa dictadura de una manera que hiciera posible recuperar la convivencia democrática. Deben saber de los detenidos desaparecidos, de los torturados, del sufrimiento de sus familias. Deben saberlo. ¿De qué otra manera pueden entender lo que somos, lo que podemos ser, lo que queremos ser?

Aún cuando algunos traten de borrar la historia, no lo lograrán. La fuerza de la historia y de los hombres y mujeres que la construyeron, que la sufrieron y que la amaron, es superior a cualquier intento de olvido.

Porque tengo fe en el futuro de esta tierra, me niego a olvidar.

lunes, 23 de agosto de 2010

No a Punta Choros

En pocas horas más las autoridades ambientales de la Cuarta Región deberán pronunciarse sobre la instalación de la Central Termoeléctrica Barrancones, propiedad de Suez Energy. No se trata de una central cualquiera. Sus 600 MW quedarán ubicados a corta distancia de las reservas marinas Choros, Damas e Isla Chañaral. Es la misma zona en la que se encuentra la Reserva Nacional Pingüino de Hümboldt, no sólo el hábitat más importante en el mundo para estos pingüinos, sino además un área de protección de delfines, ballenas azules y mamíferos marinos.

Más allá de lo que la transnacional, sus abogados, estrategas comunicacionales y expertos técnicos quieran decir, es obvio que la instalación de esta central alterará para siempre un ecosistema único. ¿Significa eso que no hemos aprendido nada como país?

¿Cuántras tragedias ambientales más deberemos vivir como país antes de que entendamos el valor de lo que estamos perdiendo? El drama de los 33 mineros en Copiapó debiera hacernos reflexionar. Ese accidente no se habría producido si empresarios y autoridades hubieran hecho su pega. Pero también faltó sociedad civil y sindicatos que hablaran claro.

En Punta Choros no debe ocurrir lo mismo. Aquí, la sociedad civil se ha manifestado y lo ha hecho activamente.

Desde hace algunas semanas, el equipo de la Corporación Interés Público se ha sumado a los esfuerzos del Movimiento de Defensa del Medio Ambiente (MODEMA) y de la organización ambientalista OCEANA para impedir la construcción de esta central. En un informe en Derecho preparado por el abogado de nuestra corporación y profesor universitario, Matías Guiloff, queda en evidencia el cúmulo de errores, inexactitudes e inconsistencias del Estudio de Impacto Ambiental presentado por la empresa.

Es hora de que la autoridad cumpla con su obligación en esta materia.

Más información y el texto del Informe en Derecho preparado por Matías Guiloff pueden encontrar en www.oceana.org/america-del-sur/home/
En las próximas horas la información también deberá estar disponible en www.ipublico.cl

viernes, 20 de agosto de 2010

Porque Chile Late

Durante tres días he recorrido, por razones profesionales, Concepción, Penco, Talcahuano y San Pedro de La Paz. Ha sido una experiencia imborrable.

Recorrer zonas muy afectadas por el terremoto golpea el alma. Ver que parte importante del esfuerzo de reconstrucción es más palabras que acciones, indigna. Pero compartir con jóvenes que han elegido dedicar su actividad profesional y su tiempo libre al trabajo con los más pobres, a caminar junto a ellos en la tarea titánica de abandonar sus campamentos y construir sus viviendas y barrios definitivos, es algo que conmueve hasta lo más profundo.

Sólo en la Octava Región, 1600 familias abandonarán sus campamentos y los lugares en los que viven como allegados para comenzar a vivir en los próximos dos años, con el apoyo de estos jóvenes, en casas de mejor calidad que las que promueve la política habitacional del Estado.

Como es obvio, el trabajo no es perfecto. Ellos saben que en ocasiones generan expectativas difíciles de satisfacer. Entienden que la solidaridad que promueven es un concepto en busca permanente de densidad. Saben que todas sus energías no son capaces de terminar con la injusticia estructural sobre la que está construido Chile. Pero eso no es lo más importante. Como me enseñó Gabriel Prudencio, Director del Techo en la Octava Región, "es super difícil, pero hay que empezar".

De alguna manera, todos ellos dan cuenta de un país que está vivo, que busca vencer la inercia del acomodo, que lucha por construir una tierra justa y sin exclusiones. Porque Chile late!

miércoles, 14 de julio de 2010

Mucho Más que Fútbol

Revista Capital, 13 de Julio de 2010
¿Imagina usted qué no podrían hacer nuestros jóvenes –no los 11 de la Roja, sino todos nuestros jóvenes– si sólo contaran con la educación y el instrumental básico para salir a competir a ese mundo?.
La copa de Sudáfrica ha sido una experiencia notable. Exceptuando la gravedad intolerante de dirigentes políticos anclados en el pasado a propósito del affaire Kramer- Piñera, el buen humor que se ha respirado en Chile ha sido simplemente fantástico. De alguna manera misteriosa, el esfuerzo, el espíritu competitivo, el temple y la mentalidad positiva de nuestra selección nacional nos hizo sentir a todos como titulares de esas mismas virtudes. Imagine lo que eso vale para un país que aún respira los efectos trágicos del terremoto de febrero.
Notable también, me parece, es la forma en que ese buen ánimo colectivo se extendió en el tiempo para apoyar a las selecciones latinoamericanas que, lamentablemente, fueron quedando en el camino. ¡El sueño bolivariano de Chávez logrado por decenas de hombres corriendo tras una pelota en un continente del que –al menos los chilenos– casi nada sabemos!
No soy sociólogo, periodista deportivo ni buen futbolista, pero intuyo que la experiencia del Mundial no debe pasar de largo sin que aprendamos algunas cosas de ella. Por razones de espacio, aquí van sólo algunas intuiciones básicas. La primera es que nuestro futuro como país pasa por la capacidad que tengamos, casi de manera contrafactual, de derrotar nuestra insularidad y conectarnos al mundo. Pese a quenuestra economía es incomprensible sin el peso de la actividad exportadora, la que se desplegó de manera formidable durante los gobiernos concertacionistas, nuestra cultura sigue siendo la de isleños temerosos. Pero en Sudáfrica cada chileno tuvo la experiencia, a la distancia, de descubrir un mundo enorme, lleno de posibilidades y desafíos. Las oportunidades de desarrollo profesional que se iban abriendo para nuestros muchachos de la Roja, tras cada jugada de calidad, daban forma a una metáfora sobre los espacios que en este mundo interconectado se abren a quienes saben conjugar talento con esfuerzo y persistencia. ¿Imagina usted qué no podrían hacer nuestros jóvenes –no los 11 de la Roja, sino todos nuestros jóvenes– si sólo contaran con la educación y el instrumental básico para salir a competir a ese mundo?
La segunda intuición tiene precisamente que ver con los dispositivos tecnológicos que nos permitieron seguir en directo cada uno de los partidos, con las excepciones que debemos a la tontera de ejecutivos del “canal de todos”. Chile ha avanzado mucho en materia de telecomunicaciones y desarrollo digital. Como ministro sectorial tuve la oportunidad de aprobar en el Congreso el presupuesto para completar parte importante de la red de fibra óptica nacional. Veo con optimismo el esfuerzo del subsecretario de Telecomunicaciones por negociar junto a nuestros países vecinos mejores precios para la banda ancha. Pero seamos francos: el tren nos deja. Hace pocos días entró en vigencia en Finlandia un proyecto de ley que convierte el acceso universal a Internet en un derecho fundamental. Mientras tanto, nuestros alumnos y profesores aspiran a poder ocupar durante un par de horas a la semana el precario acceso a la red de que disponen.
Nuestras posibilidades de desarrollo, lo sabemos, están estrechamente relacionadas con nuestra capacidadpara integrarnos a ese mismo mundo que durante casi un mes se congregó en torno a los estadios sudafricanos. ¿Cómo hacerlo, si algo tan básico como el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación sigue siendo sólo un ruido difuso y lejano para la mayoría de nuestros niños y jóvenes?
Por último, la Copa de Sudáfrica nos dice algo también sobre la forma en que nuestro país se gobierna y debe ser gobernado. En una aguda réplica a la alabanza que un periodista deportivo dedica a Maradona en The New York Times, Daniel Kaufmann argumenta que la diferencia entre la selección argentina y la alemana que la derrotaría inapelablemente radicaba en su “buen gobierno”. Se refería con ello a la capacidad de fijar objetivos y un camino para alcanzarlos, trabajar dura y persistentemente de manera consistente con ellos, aprender de lo errores, así como construir un equipo cuyo valor colectivo es superior al de cualquiera de sus estrellas individuales.
Pocos días después de la derrota de Argentina a manos (o “a pies”) de Alemania, esta última sería vencida por España haciendo gala de un trabajo colectivo brillante.
Es cierto, nuestra selección no alcanzó a avanzar más. Pero nadie duda de la decisión y capacidad de nuestros muchachos para hacerlo el 2014. ¿No es esa otra metáfora sobre la urgencia y viabilidad de hacer de Chile un país desarrollado?

jueves, 20 de mayo de 2010

Chile en la Paradoja

Revista Capital, 20 de Mayo de 2010
http://bit.ly/9BPHd0

Finalizo la lectura del libro de Eugenio Tironi Radiografía de una Derrota. La historia de la campaña electoral 2009-2010. La polémica ha sido intensa. Es natural. El candidato de la coalición de gobierno resulta derrotado mientras la presidenta –proveniente de las mismas filas– alcanza los más altos índices de aprobación de los últimos veinte años. La Concertación entró en el terreno de la paradoja, de aquello que difícilmente encontrará explicación completa. Esa paradoja, ese absurdo, representa el fin de un ciclo natural cuyos efectos están aún por apreciarse en toda su magnitud.

En esa perspectiva el texto es un aporte. Obliga a reflexionar sobre los procesos de fondo que vive nuestra sociedad, la naturaleza de la relación entre política y ciudadanos, la calidad y pertinencia de las ofertas políticas disponibles, las claves del futuro. Vale la pena, me parece, intentar profundizar en este debate. Sin pretensión científica alguna, aquí adelanto algunas de mis opiniones.

Tras 20 años de gobierno, la Concertación perdió la batalla por el futuro. Fracasó en la tarea de proponer un horizonte atractivo a una sociedad que hace rato superó el trauma del quiebre democrático y la vida en dictadura. Una sociedad de personas que no concede a nadie un derecho preferente a representarla y que está dispuesta a evaluar con libertad distintas opciones políticas.

El éxito de Sebastián Piñera, sin embargo, no es hasta ahora el éxito de la derecha. Lo que Piñera logró, y en eso tiene mérito enorme, es capturar un imaginario colectivo de corte social demócrata y ofrecer una alternativa en que combina la promesa de continuidad con una oferta de mejorías significativas en la gestión pública. La coalición que encabeza llegó al poder mimetizada con los éxitos de la Concertación, ocultando en el sótano los ejemplares disponibles de la teoría del desalojo de Allamand. Pero, seamos francos, también lo hizo capitalizando el descontento creciente por el desgano y la desprolijidad que se fueron apoderando de la gestión de muchos asuntos públicos: la dificultad para avanzar en mejorar la calidad de la educación pública, la persistencia en los problemas de gestión hospitalaria, la imposibilidad de construir un buen sistema de transporte público, la ambigüedad respecto de los desafíos ambientales.

El mimetismo con que la actual administración llega al poder no es, sin embargo, suficiente para gobernar. No basta con presentar una pareja de homosexuales en un spot electoral para comprometerse con el respeto a la diversidad y la dignidad de todas las personas. No basta con prometer el gobierno de los mejores si quienes así se autoproclaman prefieren permanecer en la comodidad de sus oficinas privadas antes que asumir los riesgos y costos del servicio público. No basta con proclamar las bondades del gobierno de los gerentes si las viviendas de emergencia post terremoto son aportadas mayoritariamente por el voluntariado del Techo para Chile.

La derecha, hoy en el gobierno, no parece avanzar en la construcción de una mayoría sólida. La obsesión por enlodar los logros de la Concertación, la sustitución de directivos del servicio público por personas afines políticamente, la minimización de la importancia de los conflictos de interés entre las autoridades, son muestra de aquello. En suma, lo que está en tela de juicio es la efectiva madurez cívica de la derecha y su adhesión de fondo a los valores democráticos y republicanos.

La tarea de la centro izquierda no será tampoco fácil. El resultado electoral que nos ubica en una posición de relativa equivalencia con el oficialismo esconde los restos de una coalición que perdió el sentido colectivo, su identidad y su voluntad de cambio.

El desconcierto inmoviliza. Entre peleas matrimoniales, jóvenes con ideas viejas y la incapacidad para comprender la vida política al margen del Estado, se vuelve casi imposible redescubrir el Chile del cual nos desconectamos y que se oculta bajo las ruinas del terremoto, la locura por juntar los pesos para llegar a fin de mes, las profundidades de Twitter y Facebook.

En medio de esta realidad paradojal, desconcertante y desafiante, se va forjando un nuevo Chile. El desafío de los partidos es abrazarlo, comprenderlo y dejarse interpelar por él. Está por verse quién, desde esa experiencia vital, liderará una nueva mayoría que está en proceso de gestación.

martes, 18 de mayo de 2010

Post Natal: Más que una Discusión sobre Madres e Hijos

El Presidente Piñera ha convocado una comisión para analizar la posibilidad de extender la licencia post natal para las madres hasta alcanzar los 6 meses. Las razones son múltiples. Entre otras, la conciencia creciente de la importancia de favorecer la lactancia materna, el estimular el apego madre-hijo, eliminar la necesidad de recurrir a diversas trampas para permitir a las madres acompañar a sus hijos en sus primeros meses de vida.

Las razones en contra siempre se encontrarán en el plano de los costos. El argumento es simple: si contratar mujeres es más caro que contratar hombres, entonces se contratan menos mujeres o se les contrata con menores salarios.

Con todo, mi impresión es que la discusión está ocultando problemas de fondo. No son pocos los que hacen gárgaras defendiendo la importancia de la familia como “núcleo fundamental de la sociedad”. Pero, si tener familia es finalmente sólo responsabilidad de la mujer, quien deberá en la práctica asumir en solitario los deberes de la crianza sacrificando dimensiones fundamentales de su vida. Entonces, ¿de qué defensa de la familia hablamos? ¿Cuál es el rol para los padres? ¿No es razonable sostener que existen dimensiones centrales del cuidado de los menores que pueden ser asumidos por éstos? Es decir ¿por nosotros? ¿Qué ocurre cuando la mujer quiere compatibilizar trabajo y maternidad? ¿Qué ocurre cuando esa compatibilidad no es (sólo) una opción sino que una necesidad? ¿No son posibles fórmulas más flexibles que a la vez reconozcan que las familias de hoy no son las de hace tan sólo un par de décadas atrás?

Porque finalmente esta discusión no es sólo sobre el derecho de la mujer a acompañar a sus hijos recién nacidos y el derecho de éstos a contar con su madre cerca. Es también sobre el derecho que la sociedad reconoce efectivamente a la mujer para desarrollarse plenamente como persona, combinando maternidad y trabajo, así como la discusión pendiente sobre el rol que los hombres tendremos en la vida cotidiana de esas familias que todos declaramos defender y que llega el tiempo la ley reconozca como corresponde.


sábado, 8 de mayo de 2010

Por ésto también perdió la Concertación

Eugenio Tironi ha despertado polémica con su interpretación de la derrota concertacionista en las elecciones presidenciales de enero recién pasado.

Una causa no relatada, en otro ámbito de gobierno, es la burocratización creciente que bajo nuestros gobiernos adquirió la política de derechos humanos. En la nota de prensa que adjunto, ustedes podrán apreciar como una familia modesta debe recurrir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para poder ejercer su derecho a la justicia.

Ver:

En paralelo, pese a haberse alcanzado un acuerdo con ex carabineros injustamente exhonerados a fines de la década de los noventa, el gobierno aún no cumple con el compromiso adquirido de constituir una mesa de trabajo que estudie y evalúe la adecuación de los procesos de calificación y ascenso en Carabineros de Chile, a los principios internacionales de derechos humanos que rigen en esta materia y a los cuales el país ha adherido.

El acuerdo, tardío, fue alcanzado en las postrimerías de la administración Bachelet. Veremos ahora si la administración Piñera, contra todo lo esperado, actúa con más rapidez y sensibilidad en la materia.

Ambas causas han sido patrocinadas pro bono por la Corporación Interés Público


viernes, 7 de mayo de 2010

Grande Amelia Bruja

Amelia Bruja es una bloggera notable. Sus posts están llenos de ironía, frescura e inteligencia. Pero además, y le pido perdón si estoy confundiendo sus intenciones, en sus posteos también se percibe amor por Chile.

Esta semana tuvo una nota genial, cuando nos decía a propósito de los demócrata cristianos que "es triste la vida cuando los "chascones" ya son todos pelados". Notable recordatorio del "envejecimiento poblacional" del PDC, pero con él, del conjunto de los partidos de la Concertación. Envejecimiento que preocupa, en serio, no por razones etáreas sino por lo que representa en términos de distanciamiento con la mayor parte del país. No es una cuestión de edad, es una cuestión de distancia con aquellos a quienes se busca representar.

Querida Amelia, tenemos pega por delante! Gracias por no dejarla pasar.




Hans Küng. Carta abierta a los obispos católicos de todo el mundo

15 Abril 2010


Hans Küng es un Teólogo muy controvertido dentro de la iglesia católica. Junto con Ratzinger, fueron los teólogos más jóvenes del Concilio del Vaticano II. Los dos han coincidido en la Universidad Tubingia, donde han estudiado o impartido clases importantes políticos (Horst Köhler , presidente de alemania), poetas (Friedrich Hölderlin), filósofos (Friedrich Schelling y Georg Wilhelm Friedrich Hegel) y representantes de las dos grandes iglesias en alemania: protestantes (Ferdinand Christian Baur) y católicos (Joseph Ratzinger).

Hans Kúng siempre ha estado en contra de la autarquía papal y a favor de aplicar la renovaciónes el concilio, cosa que Ratzinger ha hecho caso omiso. En su momento Hans Kúng se le prohibio dar clases por su pensamiento. Si la Iglesia (y con iglesia me refiero al grupo de poder) dejara de pensar como en el medievo y permitieran a teólogos como Hans hablar hablar, quizá les fuera de otra manera, pero claro ellos se creen los representantes de Dios en la tierra. Y mucha culpa la tiene quienes les siguen, aquellos que se creen cristianos de verdad, los que dicen tener la verdad y no respetan a los demas, aquellos que siguen a alguna congregación o secta dentro de la Iglesia, de las cuales ahora se ponen en entre dicho con la actitud asquerosa y deplorable de sus cabecillas.

HANS KÜNG Carta abierta a los obispos católicos de todo el mundo 15/04/2010

Estimados obispos,


Joseph Ratzinger, ahora Benedicto XVI, y yo fuimos entre 1962 - 1965 los dos teólogos más jóvenes del concilio. Ahora, ambos somos los más ancianos y los únicos que siguen plenamente en activo. Yo siempre he entendido también mi labor teológica como un servicio a la Iglesia. Por eso, preocupado por esta nuestra Iglesia, sumida en la crisis de confianza más profunda desde la Reforma, os dirijo una carta abierta en el quinto aniversario del acceso al pontificado de Benedicto XVI. No tengo otra posibilidad de llegar a vosotros.


Aprecié mucho que el papa Benedicto, al poco de su elección, me invitara a mí, su crítico, a una conversación de cuatro horas, que discurrió amistosamente. En aquel momento, eso me hizo concebir la esperanza de que Joseph Ratzinger, mi antiguo colega en la Universidad de Tubinga, encontrara a pesar de todo el camino hacia una mayor renovación de la Iglesia y el entendimiento ecuménico en el espíritu del Concilio Vaticano II.

Mis esperanzas, y las de tantos católicos y católicas comprometidos, desgraciadamente no se han cumplido, cosa que he hecho saber al papa Benedicto de diversas formas en nuestra correspondencia. Sin duda, ha cumplido concienzudamente sus cotidianas obligaciones papales y nos ha obsequiado con tres útiles encíclicas sobre la fe, la esperanza y el amor. Pero en lo tocante a los grandes desafíos de nuestro tiempo, su pontificado se presenta cada vez más como el de las oportunidades desperdiciadas, no como el de las ocasiones aprovechadas:

- Se ha desperdiciado la oportunidad de un entendimiento perdurable con los judíos: el Papa reintroduce la plegaria preconciliar en la que se pide por la iluminación de los judíos y readmite en la Iglesia a obispos cismáticos notoriamente antisemitas, impulsa la beatificación de Pío XII y sólo se toma en serio al judaísmo como raíz histórica del cristianismo, no como una comunidad de fe que perdura y que tiene un camino propio hacia la salvación. Los judíos de todo el mundo se han indignado con el predicador pontificio en la liturgia papal del Viernes Santo, en la que comparó las críticas al Papa con la persecución antisemita.

- Se ha desperdiciado la oportunidad de un diálogo en confianza con los musulmanes; es sintomático el discurso de Benedicto en Ratisbona, en el que, mal aconsejado, caricaturizó al islam como la religión de la violencia y la inhumanidad, atrayéndose así la duradera desconfianza de los musulmanes.

- Se ha desperdiciado la oportunidad de la reconciliación con los pueblos nativos colonizados de Latinoamérica: el Papa afirma con toda seriedad que estos "anhelaban" la religión de sus conquistadores europeos.

- Se ha desperdiciado la oportunidad de ayudar a los pueblos africanos en la lucha contra la superpoblación, aprobando los métodos anticonceptivos, y en la lucha contra el sida, admitiendo el uso de preservativos.

- Se ha desperdiciado la oportunidad de concluir la paz con las ciencias modernas: reconociendo inequívocamente la teoría de la evolución y aprobando de forma diferenciada nuevos ámbitos de investigación, como el de las células madre.

- Se ha desperdiciado la oportunidad de que también el Vaticano haga, finalmente, del espíritu del Concilio Vaticano II la brújula de la Iglesia católica, impulsando sus reformas.


Este último punto, estimados obispos, es especialmente grave. Una y otra vez, este Papa relativiza los textos conciliares y los interpreta de forma retrógrada contra el espíritu de los padres del concilio. Incluso se sitúa expresamente contra el concilio ecuménico, que según el derecho canónico representa la autoridad suprema de la Iglesia católica:

- Ha readmitido sin condiciones en la Iglesia a los obispos de la Hermandad Sacerdotal San Pío X, ordenados ilegalmente fuera de la Iglesia católica y que rechazan el concilio en aspectos centrales.

- Apoya con todos los medios la misa medieval tridentina y él mismo celebra ocasionalmente la eucaristía en latín y de espaldas a los fieles.

- No lleva a efecto el entendimiento con la Iglesia anglicana, firmado en documentos ecuménicos oficiales (ARCIC), sino que intenta atraer a la Iglesia católico-romana a sacerdotes anglicanos casados renunciando a aplicarles el voto de celibato.

- Ha reforzado los poderes eclesiales contrarios al concilio con el nombramiento de altos cargos anticonciliares (en la Secretaa de Estado y en la Congregación para la Liturgia, entre otros) y obispos reaccionarios en todo el mundo.

El Papa Benedicto XVI parece alejarse cada vez más de la gran mayoría del pueblo de la Iglesia, que de todas formas se ocupa cada vez menos de Roma y que, en el mejor de los casos, aún se identifica con su parroquia y sus obispos locales.

Sé que algunos de vosotros padecéis por el hecho de que el Papa se vea plenamente respaldado por la curia romana en su política anticonciliar. Esta intenta sofocar la crítica en el episcopado y en la Iglesia y desacreditar por todos los medios a los críticos. Con una renovada exhibición de pompa barroca y manifestaciones efectistas cara a los medios de comunicación, Roma trata de exhibir una Iglesia fuerte con un "representante de Cristo" absolutista, que reúne en su mano los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.


Sin embargo, la política de restauración de Benedicto ha fracasado. Todas sus apariciones públicas, viajes y documentos no son capaces de modificar en el sentido de la doctrina romana la postura de la mayoría de los católicos en cuestiones controvertidas, especialmente en materia de moral sexual. Ni siquiera los encuentros papales con la juventud, a los que asisten sobre todo agrupaciones conservadoras carismáticas, pueden frenar los abandonos de la Iglesia ni despertar más vocaciones sacerdotales.

Precisamente vosotros, como obispos, lo lamentaréis en lo más profundo: desde el concilio, decenas de miles de obispos han abandonado su vocación, sobre todo debido a la ley del celibato. La renovación sacerdotal, aunque también la de miembros de las órdenes, de hermanas y hermanos laicos, ha caído tanto cuantitativa como cualitativamente. La resignación y la frustración se extienden en el clero, precisamente entre los miembros más activos de la Iglesia. Muchos se sienten abandonados en sus necesidades y sufren por la Iglesia. Puede que ese sea el caso en muchas de vuestras diócesis: cada vez más iglesias, seminarios y parroquias vacíos. En algunos países, debido a la carencia de sacerdotes, se finge una reforma eclesial y las parroquias se refunden, a menudo en contra de su voluntad, constituyendo gigantescas "unidades pastorales" en las que los escasos sacerdotes están completamente desbordados.

Y ahora, a las muchas tendencias de crisis todaa se añaden escándalos que claman al cielo: sobre todo el abuso de miles de niños y jóvenes por clérigos -en Estados Unidos, Irlanda, Alemania y otros países- ligado todo ello a una crisis de liderazgo y confianza sin precedentes. No puede silenciarse que el sistema de ocultamiento puesto en vigor en todo el mundo ante los delitos sexuales de los clérigos fue dirigido por la Congregación para la Fe romana del cardenal Ratzinger (1981-2005), en la que ya bajo Juan Pablo II se recopilaron los casos bajo el más estricto secreto. Todaa el 18 de mayo de 2001, Ratzinger enviaba un escrito solemne sobre los delitos más graves (Epistula de delitos gravioribus) a todos los obispos. En ella, los casos de abusos se situaban bajo elsecretum pontificium, cuya vulneración puede atraer severas penas canónicas. Con razón, pues, son muchos los que exigen al entonces prefecto y ahora Papa un mea culpa personal. Sin embargo, en Semana Santa ha perdido la ocasión de hacerlo. En vez de ello, el Domingo de Ramos movió al decano del colegio cardenalicio a levantar urbi et orbe testimonio de su inocencia.

Las consecuencias de todos estos escándalos para la reputación de la Iglesia católica son devastadoras. Esto es algo que también confirman ya dignatarios de alto rango. Innumerables curas y educadores de jóvenes sin tacha y sumamente comprometidos padecen bajo una sospecha general. Vosotros, estimados obispos, debéis plantearos la pregunta de cómo habrán de ser en el futuro las cosas en nuestra Iglesia y en vuestras diócesis. Sin embargo, no querría bosquejaros un programa de reforma; eso ya lo he hecho en repetidas ocasiones, antes y después del concilio. Sólo querría plantearos seis propuestas que, es mi convicción, serán respaldadas por millones de católicos que carecen de voz.


1. No callar: en vista de tantas y tan graves irregularidades, el silencio os hace cómplices. Allí donde consideréis que determinadas leyes, disposiciones y medidas son contraproducentes, deberíais, por el contrario, expresarlo con la mayor franqueza. ¡No enviéis a Roma declaraciones de sumisión, sino demandas de reforma!

2. Acometer reformas: en la Iglesia y en el episcopado son muchos los que se quejan de Roma, sin que ellos mismos hagan algo. Pero hoy, cuando en una diócesis o parroquia no se acude a misa, la labor pastoral es ineficaz, la apertura a las necesidades del mundo limitada, o la cooperación mínima, la culpa no puede descargarse sin más sobre Roma. Obispo, sacerdote o laico, todos y cada uno han de hacer algo para la renovación de la Iglesia en su ámbito vital, sea mayor o menor. Muchas grandes cosas en las parroquias y en la Iglesia entera se han puesto en marcha gracias a la iniciativa de individuos o de grupos pequeños. Como obispos, debéis apoyar y alentar tales iniciativas y atender, ahora mismo, las quejas justificadas de los fieles.

3. Actuar colegiadamente: tras un vivo debate y contra la sostenida oposición de la curia, el concilio decretó la colegialidad del Papa y los obispos en el sentido de los Hechos de los Apóstoles,donde Pedro tampoco actuaba sin el colegio apostólico. Sin embargo, en la época posconciliar los papas y la curia han ignorado esta decisión central del concilio. Desde que el papa Pablo VI, ya a los dos años del concilio, publicara una encíclica para la defensa de la discutida ley del celibato, volvió a ejercerse la doctrina y la política papal al antiguo estilo, no colegiado. Incluso hasta en la liturgia se presenta el Papa como autócrata, frente al que los obispos, de los que gusta rodearse, aparecen como comparsas sin voz ni voto. Por tanto, no deberíais, estimados obispos, actuar solo como individuos, sino en comunidad con los demás obispos, con los sacerdotes y con el pueblo de la Iglesia, hombres y mujeres.

4. La obediencia ilimitada sólo se debe a Dios: todos vosotros, en la solemne consagración episcopal, habéis prestado ante el Papa un voto de obediencia ilimitada. Pero sabéis igualmente que jamás se debe obediencia ilimitada a una autoridad humana, solo a Dios. Por tanto, vuestro voto no os impide decir la verdad sobre la actual crisis de la Iglesia, de vuestra diócesis y de vuestros países. ¡Siguiendo en todo el ejemplo del apóstol Pablo, que se enfrentó a Pedro y tuvo que "decirle en la cara que actuaba de forma condenable" (Gal 2, 11)! Una presión sobre las autoridades romanas en el espíritu de la hermandad cristiana puede ser legítima cuando estas no concuerden con el espíritu del Evangelio y su mensaje. La utilización del lenguaje vernáculo en la liturgia, la modificación de las disposiciones sobre los matrimonios mixtos, la afirmación de la tolerancia, la democracia, los derechos humanos, el entendimiento ecuménico y tantas otras cosas sólo se han alcanzado por la tenaz presión desde abajo.

5. Aspirar a soluciones regionales: es frecuente que el Vaticano haga oídos sordos a demandas justificadas del episcopado, de los sacerdotes y de los laicos. Con tanta mayor razón se debe aspirar a conseguir de forma inteligente soluciones regionales. Un problema especialmente espinoso, como sabéis, es la ley del celibato, proveniente de la Edad Media y que se está cuestionando con razón en todo el mundo precisamente en el contexto de los escándalos por abusos sexuales. Una modificación en contra de la voluntad de Roma parece prácticamente imposible. Sin embargo, esto no nos condena a la pasividad: un sacerdote que tras madura reflexión piense en casarse no tiene que renunciar automáticamente a su estado si el obispo y la comunidad le apoyan. Algunas conferencias episcopales podrían proceder con una solución regional, aunque sería mejor aspirar a una solución para la Iglesia en su conjunto. Por tanto:

6. Exigir un concilio: así como se requirió un concilio ecuménico para la realización de la reforma litúrgica, la libertad de religión, el ecumenismo y el diálogo interreligioso, lo mismo ocurre en cuanto a solucionar el problema de la reforma, que ha irrumpido ahora de forma dramática. El concilio reformista de Constanza en el siglo previo a la Reforma acordó la celebración de concilios cada cinco años, disposición que, sin embargo, burló la curia romana. Sin duda, esta haahora cuanto pueda para impedir un concilio del que debe temer una limitación de su poder. En todos vosotros está la responsabilidad de imponer un concilio o al menos un sínodo episcopal representativo.

La apelación que os dirijo en vista de esta Iglesia en crisis, estimados obispos, es que pongáis en la balanza la autoridad episcopal, revalorizada por el concilio. En esta situación de necesidad, los ojos del mundo están puestos en vosotros. Innúmeras personas han perdido la confianza en la Iglesia católica. Para recuperarla sólo valdrá abordar de forma franca y honrada los problemas y las reformas consecuentes. Os pido, con todo el respeto, que contribuyáis con lo que os corresponda, cuando sea posible en cooperación con el resto de los obispos; pero, si es necesario, también en solitario, con "valentía" apostólica (Hechos 4, 29-31). Dad a vuestros fieles signos de esperanza y aliento y a nuestra iglesia una perspectiva.

Os saluda, en la comunión de la fe cristiana, Hans Küng